Pese al tiempo transcurrido y a los numerosos trabajos de investigación realizados hasta hoy se desconoce el verdadero nombre de nuestro querido país, que hoy está en boca de todo el mundo, por la tragedia en que estamos sumidos. Aquí algunas explicaciones.
Algo que quema las pestañas y causa dolores de cabeza a historiadores e investigadores es el origen, cierto y definitivo, del nombre de nuestro país. La palabra 'Perú', en efecto, ha tratado de ser explicada apelando a las versiones de distintos cronistas españoles que acompañaron a los conquistadores o, en algunos casos, esbozando atrevidas teorías no exentas de ciertas bases históricas.
La verdad es una sola: hasta hoy se desconoce a ciencia cierta el origen de esta palabra.
No obstante, existen varias explicaciones cada una más acertada que la otra. Nos limitaremos a recordar algunas de ellas.
En las páginas web que sobre nuestro país tienen varias instituciones del Estado, se recoge la versión hecha por nuestro historiador Raúl Porras Barrenechea (El nombre del Perú, Lima, 1951), quien toma como base las versiones de los cronistas Inca Garcilaso de la Vega, Blas Valera, Acosta, Gómara, Zárate Oviedo y Cieza de León.
Dice Porras que algunos de ellos hablan de un río Perú, cuya existencia jamás fue probada, e incluso, fue negada por Pedro Cieza de León. Por ello, desestima que el nombre tenga su origen en ese supuesto.
En cambio, el erudito historiador recuerda que la primera vez que se menciona el nombre de Perú es en 1527, en unas declaraciones del escribano Cristóbal de Muñoz en el proceso abierto contra Pedrarias Dávila.
Por ahí anda Rubén Vargas Ugarte, S.J. (Historia General del Perú, tomo I, Lima, 1966), quien cita otra versión, según la cual el nombre fue dado a conocer por el conquistador Francisco Becerra, enviado por Pedrarias a recorrer el golfo de San Miguel, quien tuvo noticias de cómo en la tierra adentro existía un cacique y provincia denominada Virú, que él, sin más reparo, trocó en Pirú o Perú.
Para el historiador Luis E. Valcárcel (Ruta cultural del Perú, México, 1945) la denominación "vino por mera casualidad" a servir de rubro al imperio que los españoles conquistaron. "Se dice, agrega, que fue un cacique. Que fue una tierra más bien colombiana. Que es el granero (pirua) o la caña de maíz (wiru/huiru). En, fin nada concreto y definitivo. Es un nombre que aparece de pronto, no se sabe cuándo exactamente, ni cuál fue la boca que primero pronunció esa voz."
Porras coincide con Valcárcel en que el nombre Perú tampoco puede ser un derivado de la palabra quechua 'pirua', que significa orón o troje; y tampoco del nombre del primer inca Pirua Pacaric Manco, 'el portador de las semillas', porque el nombre Perú se aplicó desde 1527, antes de hallarse algún pueblo de habla quechua e influencia incaica.
Y concluye diciendo que "el nombre el Perú fue desconocido para los incas. Fue impuesto por los conquistadores españoles y rechazado por los indígenas del Perú, que se negaban a usarlo, según el testimonio de Valera, Acosta y Garcilaso". O sea, Perú "no fue nombre de la lengua quechua, ni tampoco de la antillana o caribe, sino corrupción del nombre del cacique de una tribu panameña, vecina del golfo de San Miguel, llamado Birú, al que los aventureros de Panamá dieron en llamar Perú".
Vargas Ugarte (ob.cit.), añade: "El nombre (...) precedió al descubrimiento y, por uno de esos caprichos de la suerte, vino a darse el nombre de Perú a todo el país conquistado de los Incas, para quienes dicha palabra era desconocida y no procedía de la lengua natural usada por ellos ni tampoco de las de los países sometidos a su dominio (...) Corrió el nombre de Pirú o Perú entre el vulgo y se extendió luego hasta las esferas oficiales, pues ya en el contrato de los tres socios se habla de las provincias del Perú..."
"En las capitulaciones de Toledo, cuando aún del vasto imperio incaico solo se conocían la provincia de Tumbez y algo de las aledañas, se da a la región el nombre de la provincia de Tumbez y también del Perú."
Otros textos señalan que fue el navegante vasco Pascual de Andagoya, quien cruzó el golfo de San Miguel, actual territorio de Panamá, y a través de un intérprete se informó que el territorio al sur del istmo se denominaba Birú, nombre del cacique de la región.
Por último, en el libro El Perú en marcha (Banco Italiano, Lima, 1941), se recuerda que el filólogo Benedicto Arias Montano llegó a sostener que el Perú era el bíblico y legendario reino de Ofir, que abastecía de oro al reino de Salomón. "La etimología prueba el aserto: de Ophir resulta Opir, de donde viene Pirú y luego Perú", dice la versión, también recordada por Valcárcel (Ob. cit, p. XII).
En conclusión: seguimos como al principio. Escoja usted la versión que mejor le parezca.
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