Cuenta la historia que cuando el ejército espartano invadió Beocia en el año 371 a. de C., el general griego Epaminondas ordenó que su caballería fuese y viniese delante de los espartanos, lo que levantó grandes nubes de polvo, a cubierto del cual pudo avanzar y vencer a sus enemigos.
A esa estrategia de distracción se denomina ‘cortina de humo’. Es, pues, una frase de origen militar que en el campo político sirve para evitar que la gente solo vea lo verdaderamente importante y se distraiga con versiones creadas exprofeso.
Recordemos que Hollywood filmó una historia sobre el éxito que se puede lograr con ese tipo de estrategias.
Un ejemplo: la película Wag the dog (1997) relata la historia de un presidente norteamericano que es acusado de abusar sexualmente de una niña, lo que daña su prestigio y pone en peligro su reelección. Su asesor político (Robert de Niro) cubre el escándalo con la ayuda de un productor de Hollywood (Dustin Hoffman), creando una guerra ficticia contra Albania, lo que distrae el foco de atención de la ciudadanía. Finalmente, el cuestionado presidente gana las elecciones y se mantiene en el cargo.
Ambos personajes habían gestado una ‘cortina de humo’, con exitosos resultados.
Ahora medio mundo la usa para desorientar y aparentar que nada de lo que se les atribuye es cierto, y así tratar de ocultar (cubrir, sería el término correcto) la responsabilidad que les cabría.
Al último que acabamos de escuchar la frase es al periodista Beto Ortiz, para tratar de desmentir la versión policial según la cual él habría manipulado la laptop del editor audiovisual José Yactayo, cruelmente asesinado y cuyo cuerpo fue hallado el 28 de febrero. Con esa ‘cortina de humo’, dice el cuestionado comunicador, la policía trata de ocultar su ‘inoperancia’ al no haber logrado resultados en sus investigaciones.
Hace poco, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, calificó como ‘cortina de humo’ la investigación preliminar dispuesta por la fiscalía de lavado de activos contra sus hermanos Hiro y Sachie, a fin de “tapar el caso Odebrecht”.
La frase sería repetida por el vocero de esa agrupación política, Luis Galarreta, y el vocero alterno, Daniel Salaverry, quien añadió que el inicio de la investigación estaba dirigida a distraer la atención sobre las graves denuncias contra tres expresidentes.
El 8 de marzo, el ex gobernador regional de Áncash, comentó que era una ‘cortina de humo’ el pedido del Ministerio Público de que sea condenado a 35 años de prisión, “justamente” en momentos que el país vivía “sucesos de coyuntura política”.
Mucho antes, antes de la última Navidad, el expresidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga, usó la misma frase para señalar que con la aprobación de su extradición a Estados Unidos se buscaba tender ‘una cortina de humo’ para cubrir la salida del país de la ex primera dama Nadine Heredia para asumir un cargo en la FAO.
No queremos seguir citando las reiteradas veces que nuestros políticos usan las tres palabritas para distraer la atención. Allá quienes le crean.
Tenemos por seguro que las seguiremos escuchando cada vez que alguien trate de evadir sus responsabilidades y afirmar, sin fundamentos, que las denuncias en su contra son simples ‘distracciones’ de sus acusadores.
Con el avance en las investigaciones del ‘Caso lava jato’ las ‘cortinas de humo’ estarán a la orden del día.
A comprarse máscaras antigás se ha dicho.
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