lunes, 3 de septiembre de 2018

Los pueblos más bonitos de España (I)

Desde el 2011, la asociación Los Pueblos más Bonitos de España recoge en su web las localidades españolas que merecen este distintivo. El requisito principal es que ninguno de ellos debe de contar con más de 15,000 habitantes, y dispongan de un rico patrimonio histórico y una cuidada arquitectura. Aunque no son los únicos. La limpieza, la conservación de las fachadas, la circulación de los vehículos, contar con zonas verdes y flores, aparcamientos y tratamiento de los carteles publicitarios del pueblo, son algunos de los criterios de calidad que se tienen en cuenta para determinar si es o no digno de pertenecer a esta lista.

La labor principal de esa asociación es promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en áreas geográficas con menor nivel de industrialización y población. Por ello, hace poco se publicó una guía de los pueblos más bonitos de España donde el viajero puede encontrar información detallada de cada uno de ellos, sus ofertas culturales y gastronómicas.

La asociación surgió a raíz de Les Plus Beaux Villages de France, la asociación de los pueblos más bonitos de Francia creada en 1982 y que actualmente cuenta con 157 pueblos adheridos. Detrás de ella lo hizo Valonia en Bélgica, en 1994; Quebec, en 1998; Italia, en 2001; Japón, en 2005; Rumanía, en 2010; y Sajonia en Alemania, en 2011. La proliferación de estas asociaciones ha provocado que en Francia también se crease en 2012 una Federación Internacional de Asociaciones de los Pueblos más Bonitos.

Fornalutx, Mallorca


Situado en la sierra de Tramontana, en el valle del Sóller, este pequeño pueblo mallorquín es uno de los más pintorescos y visitados de la isla. Su conjunto arquitectónico y paisajístico cuenta con gran valor gracias a la conservación de algunos inmuebles de la Edad Media y a su popular técnica artística de las tejas pintadas. Su entramado urbano llama la atención por contener las típicas casas mallorquinas de montaña, que se sustentaban de la ganadería y agricultura. Entre sus monumentos más emblemáticos se encuentran la Casa de la villa, del siglo XVII, y la iglesia de Fornalutx, del siglo XIII y estilo gótico.

Chinchón, Madrid


Este pintoresco pueblo de la Comunidad de Madrid destaca por la belleza de su plaza Mayor. De planta irregular y de estilo medieval, en ella aún se conservan las primeras casas construidas en el siglo XV cuya principal característica son los coloridos balcones, galerías y soportales. El lugar fue utilizado para fiestas, proclamaciones reales y como corral de comedias. Otros monumentos de interés son la torre del Reloj, que antiguamente pertenecía a la iglesia de Nuestra Señora de Gracia; el castillo de los Condes, uno de los edificios más visitados; el convento de San Agustín y el de las Clarisas. 

Miranda del Castanar, Salamanca


Su rico casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1973 debido al gran valor de muchos de los monumentos que conforman el pueblo. El más llamativo de todos es su castillo, reconstruido en el siglo XIV y que corona la cima de la loma donde se asienta Miranda del Castanar. Su antigua muralla se conserva prácticamente intacta con sus cuatro puertas y su plaza de toros, la más antigua de España con plaza rectangular. 

Villanueva de los Infantes, Ciudad Real


Declarado Conjunto Histórico Nacional, este pueblo manchego destaca por los yacimientos arqueológicos que se han encontrado de la Edad de Cobre y la Edad de Bronce. Uno de los vestigios más importantes son los de Jamila, cuyos materiales pertenecen a la época iberorromana. También por los monumentos que destacan en su casco urbano como la iglesia de San Andrés Apóstol, la plaza Mayor, la Alhóndiga- Casa de Cultura y la fachada de la Casa de comedias, entre otros. Villanueva de los Infantes también es conocida porque en ella murió Francisco de Quevedo. 

Ujué, Navarra


Localizado en la sierra de Ujué, en las tierras de la Ribera de Navarra, este pequeño pueblo ha logrado conservar a lo largo de los años su carácter medieval. El epicentro de su casco histórico es la iglesia de Santa María, originariamente románica y cuyos alrededores están rodeados de una muralla del gótico navarro. No muy lejos se encuentra el Castillazo, terrenos donde antiguamente estaba la Universidad de Carlos II y vestigios de antiguas fortificaciones. 

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