Cada mililitro de semen puede contener de 20 a 300 millones de espermatozoides
Aunque sea difícil de creerlo, todavía hay mucho por descubrir acerca del semen y los espermatozoides. Es mucho lo que se ha avanzado desde el inicio de su estudio, hace pocos siglos, cuando la sola idea de interesarse en el tema era considerada indecente. ¿Qué tanto sabemos acerca de este líquido viscoso fundamental para nuestra reproducción? Hay algunos aspectos que pueden parecer curiosos sobre los espermatozoides y la sustancia que los contiene: el semen. Estos son las últimas 'novedades' sobre el tema.
1. Se pensaba que transportaba adultos miniatura
En el reportaje 'The Long, Winding Tale of Sperm Science… and why it's finally headed in the right direction' ('La larga y sinuosa historia de la ciencia del semen y por qué finalmente se enrumbó hacia la dirección correcta'), Laura Poppick se adentra en el siglo XVII y XVIII para conocer las primeras teorías sobre el semen. En el artículo, publicado en la página web del Instituto Smithsonian de Estados Unidos, Poppick dice que fue gracias al entonces revolucionario microscopio que los biólogos pudieron ver el semen "en toda su gloria".
Los primeros científicos del semen se encontraron a sí mismos con la tarea de responder las preguntas más básicas: ¿Los espermatozoides son animales vivos? ¿Son parásitos? Y ¿cada espermatozoide contiene un pequeño humano adulto preformado acurrucado en su interior?
Según Poppick, el primer científico que se concentró en estudiar el semen fue el holandés Anton van Leeuwenhoek, quien pasó a la historia como el padre de la microbiología por su trabajo pionero en ese campo. El investigador desarrolló el primer microscopio compuesto y lo usó para analizar piojos y muestras de agua de lagos, a mediados de la década de 1670. Sin embargo, sus amigos lo urgieron a enfocar su instrumento a algo más. Pero no avanzó porque consideraba que escribir sobre el semen y el coito podría ser indecente, no avanzó. Pero en 1677, al examinar su propia eyaculación, quedó impactado por los pequeños 'animálculos' que encontró retorciéndose adentro.
Ese descubrimiento hizo nacer un nuevo campo de estudio de la biología.
Antes de eso, había muchas teorías sobre la reproducción. El biólogo Bob Montgomerie, de la Universidad de Queen, en Canadá, llegó a pensar que el vapor emitido por la eyaculación masculina de alguna manera estimulaba a las mujeres a hacer bebés, mientras que otros creían que los hombres en realidad fabricaban los bebés y los transfería a las hembras para su incubación. Tras los hallazgos de van Leeuwenhoek, pasaron aproximadamente 200 años antes de que los científicos se pusieran de acuerdo sobre cómo se formaban los seres humanos". Algunos creían que cada espermatozoide tenía un diminuto ser humano completamente preformado.
2. La ropa interior afecta su calidad
Si lo que se desea es mejorar la calidad de los espermatozoides, un estudio de la Escuela de Salud Pública de Universidad de Harvard publicado el 8 de agosto último parece confirmar que el uso de calzoncillos más holgados podría ser una forma sencilla para que los hombres mejoren su conteo de espermatozoides y las hormonas que los controlan.
En el estudio, participaron 656 hombres y los que vestían bóxers cortos tenían una concentración de esperma 25 % mayor que los hombres con ropa interior ajustada. Se cree que esto se debe a las temperaturas frías alrededor de los testículos. Los expertos dicen que este simple cambio de estilo de vida podría mejorar la fertilidad de los hombres.
La producción de esperma se ve afectada por temperaturas superiores a 34 °C, que es la razón por la cual los testículos cuelgan del cuerpo. Algunos calzoncillos ajustados acercan el escroto al cuerpo, lo que provoca que los testículos se calienten, mientras que otros, como los bóxers, son más sueltos y fríos.
En el estudio más grande de este tipo hasta la fecha, los investigadores encontraron que los hombres que asistían a una clínica de fertilidad con calzoncillos holgados tenían una concentración de espermatozoides 17 % más alta, y que estos eran 33 % más ágiles (capacidad para nadar) que los de los hombres que vestían ropa interior ajustada.
3. Lo que comes influye en su calidad
Los frutos secos pueden ayudar a tener un semen sano, de acuerdo con un estudio de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragano, en España. Los hombres que comieron alrededor de dos puñados de almendras, avellanas y nueces mixtas a diario durante 14 semanas mejoraron su conteo de espermatozoides y tuvieron más 'nadadores' viables, dicen los investigadores.
Introducir frutos frescos en la dieta trae beneficios a hombres y mujeres.
El estudio, publicado en julio, se produjo en medio de lo que fuentes científicas han llamado una disminución en el recuento de espermatozoides en el mundo occidental, debido, en parte, a la contaminación, el tabaquismo y la dieta. Los investigadores dijeron que había una creciente evidencia de que una dieta saludable podría aumentar las probabilidades de concebir.
Los científicos dividieron aleatoriamente a 119 hombres sanos entre las edades de 18 y 35 años en dos grupos: a un grupo se le añadió 60 gramos de frutos secos diarios a su dieta normal; al otro no se le hizo ningún cambio a lo que suelen comer.
Los del primer grupo que comieron nueces mejoraron los espermatozoides: el conteo en un 14 %; la vitalidad en un 4 %; la movilidad en un 6 %, y la morfología (forma y tamaño) en 1 %. Estos son los parámetros que la OMS enumera como mediciones de la calidad del esperma y están asociados con la fertilidad masculina.
Los expertos dicen que el estudio respaldaba otros que mostraban una dieta rica en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y ácido fólico de vitamina B que mejora la fertilidad.
4. No siempre transporta la misma cantidad de espermatozoides
La cantidad de espermatozoides que producen los hombres varía ampliamente. En general, se dice que los hombres pueden producir entre 2 mililitros y 5 mililitros de semen cada vez que eyaculan, según el biólogo Mike Leahy y Hilary MacQueen, profesora del departamento de Vida, Salud y Ciencias Químicas de la Universidad Abierta de Inglaterra.
Cada mililitro puede contener entre 20 y 300 millones de espermatozoides, dicen en el artículo 'The science of sperm' ('La ciencia del esperma'), disponible en la página web de la Universidad Abierta. Según los investigadores, eso significa que un hombre fértil "puede producir entre 40 millones y 1,800 millones de espermatozoides en total, aunque la mayoría produce entre 40 y 60 millones de espermatozoides por mililitro, dando un total promedio de 80 a 300 millones de espermatozoides por eyaculación.
5. No se nace produciéndolo
Los hombres no nacen con la capacidad de producir semen. Esta capacidad se desarrolla cuando comienza la pubertad, cuando el semen empieza a fabricarse en unos pequeños vasos dentro de los testículos que se conocen como túbulos seminíferos.
Fuente: BBC Mundo
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