Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925- 1 de marzo de 2020)
Ernesto Cardenal Martínez es un poeta, sacerdote, teólogo, escritor, traductor, escultor y político nicaragüense de fama mundial, sobre todo por su obra poética, que le ha merecido varios premios internacionales.
Amanecer
Ya están cantando los gallos.
Ya ha cantado tu gallo comadre Natalia,
ya ha cantado el tuyo compadre Justo.
Levántense de sus tapescos, de sus petates.
Me parece que oigo los congos despiertos en la otra costa.
Podemos ya soplar un tizón.
Botar la bacinilla.
Traigan un candil para vernos las caras.
Latió un perro en un rancho
y respondió el de otro rancho.
Será hora de encender el fogón comadre Juana.
La oscurana es más oscura pero porque viene el día.
Levántate Chico, levántate Pancho.
Hay un potro que montar,
hay que canaletear un bote.
Los sueños nos tenían separados, en tijeras,
tapescos y petates (cada uno con su sueño),
pero el despertar nos reúne.
La noche ya se aleja seguida de sus ceguas y cadejos.
Vamos a ver el agua muy azul: ahorita no la vemos.
Y esta tierra con sus frutales, que tampoco vemos.
Levántate Pancho Nicaragua, cogé el machete,
hay mucha yerba mala que cortar,
cogé el machete y la guitarra.
Hubo una lechuza a medianoche y un tecolote a la una.
Luna no tuvo la noche ni lucero ninguno.
Bramaban tigres en esta isla y contestaban los de la costa.
Ya se ha ido el pocoyo que dice: Jodido, Jodido.
Después el zanate clarinero cantará en la palmera,
cantará: Compañero, Compañera.
Delante de la luz va la sombra volando como un vampiro.
Levántate vos, y vos, y vos.
(Ya están cantando los gallos).
¡Buenos días les dé Dios!
Ya ha cantado tu gallo comadre Natalia,
ya ha cantado el tuyo compadre Justo.
Levántense de sus tapescos, de sus petates.
Me parece que oigo los congos despiertos en la otra costa.
Podemos ya soplar un tizón.
Botar la bacinilla.
Traigan un candil para vernos las caras.
Latió un perro en un rancho
y respondió el de otro rancho.
Será hora de encender el fogón comadre Juana.
La oscurana es más oscura pero porque viene el día.
Levántate Chico, levántate Pancho.
Hay un potro que montar,
hay que canaletear un bote.
Los sueños nos tenían separados, en tijeras,
tapescos y petates (cada uno con su sueño),
pero el despertar nos reúne.
La noche ya se aleja seguida de sus ceguas y cadejos.
Vamos a ver el agua muy azul: ahorita no la vemos.
Y esta tierra con sus frutales, que tampoco vemos.
Levántate Pancho Nicaragua, cogé el machete,
hay mucha yerba mala que cortar,
cogé el machete y la guitarra.
Hubo una lechuza a medianoche y un tecolote a la una.
Luna no tuvo la noche ni lucero ninguno.
Bramaban tigres en esta isla y contestaban los de la costa.
Ya se ha ido el pocoyo que dice: Jodido, Jodido.
Después el zanate clarinero cantará en la palmera,
cantará: Compañero, Compañera.
Delante de la luz va la sombra volando como un vampiro.
Levántate vos, y vos, y vos.
(Ya están cantando los gallos).
¡Buenos días les dé Dios!
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